Escrito por Anasuya Sengupta y Siko Bouterse de Whose Knowledge? y Sara Baker de APC
 
Internet nos ha dado nuevas formas de compartir información, crear conocimiento y modelar relatos.  Podemos saltearnos a los guardianes tradicionales de la información y la expresión, y aprender directamente de nosotros/as mismos/as, compartir nuestras historias de la manera que deseamos y amplificar las voces que han sido ignoradas, o silenciadas. Todos estos aspectos son claves para la construcción del movimiento feminista, sobre todo en relación a la violencia de género. Pero, ¿cómo hacer para imbuir en este proceso de creación de conocimiento las políticas feministas? ¿A quién pertenece el conocimiento y qué significa que sea abierto?
 
¿Por qué es importante ésto? 75% de quienes están en línea hoy en día proceden del Sur en desarrollo – y sin embargo, no parece que el conocimiento que hay en internet se enfoque en Asia, Africa, o América Latina. 45% de las personas que están en línea son mujeres – y sin embargo no parece que el conocimiento de las mujeres (y el conocimiento feminista) tenga mucha influencia sobre lo que leemos en internet. Y si pensamos que  la mayoría de los contenidos de la enciclopedia libre de Wikipedia los producen hombres blancos de Europa y América del Norte, parece que todas las plataformas que usan Wikipedia como base de conocimientos – como Google – padecen el mismo desequilibrio estructural. 
 
Entonces, ¿qué podemos hacer?
 
Los Principios feministas para internet (PFI) constituyen un marco para esta conversación sobre un tipo de conocimiento feminista. Nos ayudan a entender por qué nos importan estas cosas como feministas y como comunidades marginadas, así como a pensar qué podemos hacer para cambiar el modo en que se crea y se comparte conocimiento e información en línea. 
 
Acceso a la información: Todas y todos tenemos derecho a una “información libre, transparente y abierta.” Pero ¿quién tiene realmente acceso a la información en línea? ¿Quién la crea? Cuándo sólo unos/as pocos/as acceden a la información – y pocos/as tienen el poder de crear información – se establece un desequilibrio de poder a nivel mundial por el que se benefician quienes ya tienen privilegios y se margina aún más a quiénes no los tienen. Y sin embargo, la gente usa internet para buscar información necesaria y vital para su salud y su seguridad: por ejemplo, quienes sufren violencia de género, viven con VIH/sida y tienen embarazos no deseados. De modo que la información debe ser creada por quienes tienen la experiencia de estas situaciones y ser fácilmente accesible para todas las personas que la necesitan. 
 
Acción:
Vamos a crear recursos protegidos por licencias abiertas como Creative Commons, para que nuestro conocimiento quede a disposición de otras personas que podrán combinarlo, traducirlo y adaptarlo a diferentes contextos. Esto nos ayuda a apoyarnos en el trabajo que hacemos entre todos y todas, para poder avanzar más rápido. 
 
Memoria: Cómo dice el llamado de la campaña de ¡Dominemos la tecnología!, memoria es resistencia. ¿Cómo usar la memoria digital para afirmar y reconocer nuestras historias de dolor y triunfo? Por ejemplo, en los últimos meses, mujeres y hombres del mundo entero han usado internet para compartir historias personales de acoso sexual y violación y, en algunos casos, los relatos sirvieron para derribar por fin a algunos poderosos abusadores. #MeToo, #balancetonporc, #yotambien constituyen un tapiz de recuerdos dolorosos, una trama en la que cada sobreviviente fue tejiendo con hebras que no desaparecerán cuando ellas/os desaparezcan. Un registro. 
 
Acción:
Vamos a usar internet para documentar abusos, sí, pero también vamos a crear nuestros bancos de memoria compartida de lecciones, estrategias y logros. Al rendirle homenaje a las personas que han sido pioneras y han asumido riesgos de manera de hacer accesibles esas memorias, con espacio para agregar cosas, invitamos a todo el mundo a compartir y participar en este conocimiento. 
 
Amplificación y expresión: Resistimos con nuestra voz. Al generar registros sobre nuestra vida, nos oponemos a quienes están en el poder y pretenden despojarnos de nuestra historia, o beneficiarse cambiándole el marco. Menos de 1% del contenido de internet está en árabe, así que ¿quién relata la historia de los y las hablantes de árabe? Si las personas que se oponen a las reivindicaciones de LGBTQ  son más visibles en línea que las mujeres trans, ¿quién domina la narrativa? Si la mayor parte de los artículos de Wikipedia del Sur global están escritos por usuarios del Norte global, ¿cuán limitada o errónea es la percepción de la gente del Sur? ¿Hasta qué punto el haber dejado los aportes que hicieron las mujeres a internet fuera de la historia oficial sirvió para hacerle creer a la gente que la tecnología es para los hombres y para tratar de sacar a las mujeres de los espacios en línea?
 
Acción:
Vamos a usar internet para tomar el control de las narrativas sobre nosotras y transformar la visión de las personas. En lugar de hablar en nombre de otros y otras, vamos a apoyar a todas las personas capacitándolas para que puedan documentar su propio conocimiento y ser aliados/as a la hora de amplificar las voces de quienes han sido marginados/as. La apertura, diversidad e inclusión vuelven más resiliente a nuestro movimiento. 
 
Economía y fuente abierta: “La lógica capitalista... produce una tecnología cada vez más privatizada, más rentable y controlada por las corporaciones". Pero ¿a quién le pagas por tu servicio de internet, por alojar tu sitio web, tener una casilla de correo electrónico y usar las redes sociales? Si no pagas con dinero, estás pagando con datos personales. No tenemos ningún control sobre el diseño del software propietario y tampoco sabemos cómo implementan las políticas de usuarios/as las empresas privadas. ¿Quién se queda con nuestros datos y genera ganancias a partir de nuestro trabajo?
 
Acción:
Vamos a usar software libre siempre, donde sea posible. El software libre se basa en principios democráticos en los que las feministas creemos. Vamos a invertir en una infraestructura libre, abierta y feminista que priorice la creatividad, la comunidad, la colaboración y el conocimiento compartido. Y vamos a equiparar apertura con seguridad, haciendo espacio para el cuidado mutuo y evitando que otras personas ganen dinero a partir de nuestro conocimiento, nuestras experiencias, nuestros traumas, nuestras estrategias y nuestro movimiento. 

¡Actúa!

Puedes obtener más información sobre apertura y creación de conocimiento feminista en nuestro chat de tuiteo.
 
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